Estoy seguro que son innumerables las anécdotas y la experiencias vividas por quienes tuvimos la oportunidad de venerar a “Tata Pancho “ en la Fronteriza Ciudad de Yunguyo, cuya Festividad de “San Francisco de Borja “ cada Octubre a ido creciendo en el tiempo convirtiéndose en una de las más importantes de la región y del país, a tal punto que congrega a devotos de todo el país, y del extranjero, principalmente de las Ciudades de Puno, Arequipa, Tacna Moquegua, Lima y otras regiones , así como a los residentes y amigos que desde Europa, Estados Unidos España, Australia , Bolivia y otras partes del mundo regresan a la tierra para la festividad, en su mayoría ellos han establecido en cada uno de sus lugares la octava de Tata Pancho y lo festejan con el mismo cariño que sienten en su tierra.
Desde siempre estuve ligado a Tata Pancho y desde joven Dios me permitió vivir y compartir la fiesta de las cuales guardo muchos gratos recuerdos y anécdotas que ahora en la lejanía de la tierra se me viene a la mente una tras otra, reviviendo aquellos tiempos donde la confraternidad y amistad eran los principios de la fiesta. Son tantos los recuerdos que rondan mi mente y una se repite a cada instante, y tengo presente en mi memoria la imagen viva del entrañable amigo Eduardo Quenta Candía cuya característica fue su entusiasmo para la fiesta,su trato amable y su amplia sonrisa en los sus labios, era un hombre de profundas convicción es imposible recordarlo de mal humor, el fue personaje notable e infaltable de Tata Pancho.
A dos años de su temprana y repentina partida, recordando hoy 13 de octubre su natalicio, quiero dedicarle una cuantas líneas como un pequeño homenaje a ese hombre que nos enseño lo que es la amistad en todo el sentido de la palabra, esto me permite regresar en el tiempo, recordar muy gratos e inolvidables momentos de mi vida, me invade la melancolía, el sentimiento se me acentúa, mis ojos comienzan a brillar mas y percibo una profunda tristeza de no tenerlo más entre nosotros, pero me queda la satisfacción de haber tenido un verdadero amigo de los pocos que existen en la vida. Con el compartí y viví parte de mi vida que ha quedada subrayada, esa amistad perdurara en el tiempo a pesar de todo lo pasado, se que en los momentos más importantes de mi vida el estará siempre presente, hay una relación espiritual que nos permite seguir conectados en el tiempo.
Kalucho como lo llamábamos era amigo de todos, quien sea familiar o amigo seguro tiene un recuerdo agradable de su persona, aquella atención, trato agradable y sonrisa que siempre le ponía quedara impregnada en nuestros recuerdos. En Tata Pancho su figura siempre era destacada e infaltable, son innumerables los recuerdos, cada año le ponía entusiasmo, alegría y compañerismo a la fiesta, tengo presente siempre que solo bailaba por Tata Pancho el día principal y solo el momento del concurso, después del cual colgabas los trajes para dedicarlos íntegramente a cultivar la amistad y a celebrar hasta las últimas consecuencias, siempre se terminaba en su casa donde no faltaba nada, no era extraño que al día siguiente apenas amanecía , incluso en cama ya estuviéramos curando el cuerpo, comentando los últimos sucesos de la fiesta, muchas veces en un mismo dia jaraneabamos hasta tres veces, uno por la mañana, otro a medio día y otro por la noche cada uno con sus respectivos descansos.
Josicho me decía, hay que vivir la vida y me consta que él la vivió a plenitud, manifestaba que para toda hay tiempo, incluso para la muerte hay tiempo replicaba, y por ello con más fuerza continuábamos festejando, la fiesta nos quedaba chica “tiempos aquellos que no volverán”. Pero el que no le tenía miedo a la muerte, esta le sorprendió repentinamente en la plenitud de la vida y si había algo para lo que no estábamos preparados era precisamente para tu inesperada partida, pero sé que existe algún lugar donde va la buena gente y alli estara compartiendo con Mario, Daniel ,Rosa,Cristina y familiares y amigos que pertieron al mas alla.
Tata Pancho en esos tiempos duraba mas días que los de ahora, el día 13 de octubre se festejaba en su casa su onomástico, a ritmo de la banda del conjunto ,con pelea de gallos que organizaba su cuñado, la cerveza estaba dispuesta y en cantidad , se compartía una jaranera reunión familiar donde se congregaban los amigos y familiares que más lo querían, esto se fue haciendo costumbre y tradición con el tiempo, siendo parte de fin de fiesta en la ciudad, pero allí no acababa la cosa, para los demás la fiesta ya había terminado pero para nosotros no, al día siguiente con algunos familiares y amigos nos íbamos donde las Wiñay Cullaguas quienes en su local que tenían a la salida de Unicachi bailaban hasta el 14 de octubre, allí con las Winayay Cullaguas, tomábamos bailábamos y cantábamos hasta tardes horas de la noche, hasta quedar afónicos, tenían que venir nuestras esposas a recuperarnos si no por ahí nos quedábamos en buena compañía.
Sean estas cuantas líneas una pequeña muestra de la vivencia con Eduardo en la fiesta de Tata Pancho. Lastima que así sea la vida, que se acaba como todo lo que nos rodea solo nos queda la memora del amigo entrañable a quien en su natalicio rindo este pequeño homenaje, estoy seguro que hasta Tata Pancho lo extraña por lo bondadoso, amable, complaciente y solidario que fue, cuya presencia siempre estará presente en la vida de los que fuimos parte de su vida y lo seguiremos queriendo muy a pesar de no tenerlo en vida.
Lima 13 de octubre del 2011
José M. Gallegos Casas
José M. Gallegos Casas